Maniac Mansion: el juego que hizo cambiar mi visión sobre las aventuras gráficas
Como ya comenté en el artículo de Duke Nukem, tenía un vecino que vivía en la puerta de al lado, y siempre me suministraba aquellas cajas de disquetes con juegos de todo tipo, desde los primeros Caesar (1992) hasta SimCity (1989) o Alone in the Dark (1992), pero entre todos aquellos, hubo un género que no me había suscitado demasiado interés hasta aquel momento: las aventuras gráficas, pero es por ello, que en ocasiones hay momentos en nuestras vidas que marcan un antes y un después, y uno de esos, fue gracias al juego "Maniac Mansion". Este título, desarrollado por Lucasfilm Games (posteriormente conocida como LucasArts) y lanzado en 1987, se convirtió en uno de mis videojuegos favoritos, y me hizo dedicarle tantas horas de diversión alucinando con aquella extraña mansión, que creo que debería al menos devolver un poco de ese tiempo en lo que invertiré en escribir este pequeño homenaje a cambio de tanto.
Maniac Mansion se desarrolló en un entorno único, desde la mente creativa de Ron Gilbert y Gary Winnick. Estos visionarios diseñadores de juegos se inspiraron en las películas de terror y ciencia ficción de los años 50 y 60, como por ejemplo: "The Rocky horror picture show" (1975), "La noche de los muertos vivientes" de George A. Romero, "La matanza de Texas" (1974) y mucho, muchísimo de "Psicosis (1960) del genio cineasta Alfred Hitchcock, entre otras muchas.
Durante el proceso de creación, el equipo de Lucasfilm Games, se trasladó al parque industrial del Rancho Skywalker, allí se encontraba, en la localidad de Nicasio, en California, una enorme mansión que se dice sirvió de inspiración a Gilbert y Winnick para el diseño de la casa de los Edison.
Todo esto se refleja en la trama del juego, haciendo claros homenajes a éstos y otros muchos filmes del género. Incluso posteriormente a la inversa, con juegos de mesa, que claramente tiene tintes muy similares, como La herencia de la tía Ágata de Hasbro. Además, esta joya se creó durante la llamada: "Edad de Oro de las aventuras gráficas", donde también cabe destacar otros títulos como: "The Secret of Monkey Island" (1990), Indiana Jones y la última cruzada: Aventura gráfica (1989), el artístico e increíblemente bello, Loom (1990) o, el siempre polémico pero brutalmente divertido, Leisure Suit Larry de Sierra, por mencionar algunos.
El juego se vendió en formato disquete, que era la norma en esa época, y se ejecutaba en ordenadores personales, como el Commodore 64, Amiga, Apple II o PC con MS-DOS y posteriormente en videoconsolas como Nintendo NES. La mecánica del juego se basaba en una interfaz de apuntar y hacer clic, algo novedoso y casi pionero en su tiempo, que permitía a los jugadores explorar una mansión tenebrosa, que aún con la dificultad que presentaba el juego, era adictivo como él solo, con una narrativa ágil, perturbadora y muy trabajada, que nos hacía sumergirnos en aquel lúgubre lugar con habitaciones secretas, laboratorios y terribles asesinatos.
Ya que este tipo de productos a nivel doméstico todavía estaba prácticamente en pañales, se diseñaron ingeniosos sistemas de anticopia para evitar el pirateo desmesurado que comenzaba a verse en la industria desde hacía años. Es por ello, que Lucasfilm Games, así como Sierra y otras compañías desarrolladoras, idearon un sistema basado en un pequeño manual conocido como el "libro de protección", que venía incluido en la caja del juego. Este manual, llamado "NUKE'M ALARMS", contenía unos códigos que había que visualizar con unas gafas de celofán rojas. Llegado al punto de la puerta acorazada, al subir las escaleras, debías llevar a cabo este ritual que, si introducías el código solicitado, podías acceder al interior, o, de lo contrario, iniciarías una secuencia de autodestrucción nuclear que acabaría con la mansión y posiblemente con el resto del mundo, finalizando así la partida e impidiendo que avances en el juego después de haber llegado hasta ahí. Te dejaban con la miel en los labios y la cara de gilipollas si no conocías esto con anterioridad para haber tomado las medidas adecuadas. ¡Qué tiempos!
La historia se desarrolla cuando el jugador elige un grupo de adolescentes para adentrarse en la mansión de los Edison, una familia peculiar e inquietante, lo que podría asemejarse a películas como: Las colinas tienen ojos (1977) de Wes Craven, o la propia Matanza de Texas, anteriormente mencionada, incluso series del estilo La familia Addams (1964).
El objetivo es rescatar a Sandy Pantz, la novia de David Miller, (nuestro protagonista), que ha sido secuestrada. Durante el transcurso de la partida, habrá que resolver rompecabezas y enfrentarse a situaciones absurdas mientras podemos alternar entre varios personajes, cada uno con habilidades únicas que nos permitirá enfrentarnos a las distintas dificultades y escenarios que encontremos.
Este videojuego supuso una renovación en la industria del entretenimiento interactivo, ya que introdujo la narrativa no lineal y el concepto de múltiples finales en las aventuras gráficas. Su éxito llevó a la creación de una secuela igualmente exitosa, "Maniac Mansion: Day of the Tentacle", lanzado en 1993, y del que hablaremos otro día. Esta secuela continuó la historia, pero agregando viajes en el tiempo y personajes igual o más satíricos, manteniendo el humor característico de la saga, pero dando más protagonismo al siempre magnífico Bernard Bernoulli, que es el único que repite del elenco inicial.
Aunque no ha habido una adaptación cinematográfica oficial de "Maniac Mansion", sí que existió una serie televisiva de origen canadiense que estuvo en emisión desde 1990 a 1993, a lo largo de 66 episodios. Un producto horrible y poco fiel, que lejos de centrarse en los jóvenes buscando a su amiga, se enfoca en la vida y la familia del Dr. Fred Edison, cuando la caída del meteorito convierte a su hijo en un gigante y a su cuñado en una mosca. Una serie ridícula que jamás debió existir, y que tristemente creo que ya pasó el tiempo para haberla creado tal como nos hubiera gustado a los fans.
Si me preguntan a día de hoy qué es lo que más recuerdo de este título, lo primero que se me viene a la cabeza es esa desagradable imagen de mí mismo en calzoncillos frente al ordenador, jugando sin parar durante las horas de siesta en mi casa, aquellas tardes de calor insoportable de verano. Mientras todos dormían después de comer y la paz gobernaba en la calle y en casa. Unas horas de diversión interactiva, de darle al coco resolviendo puzles y huyendo de extraños personajes en busca de Sandy, esperando el momento que sonara el telefonillo que anunciaba que el sol daba un respiro de calor y mis amigos me esperaban en el portal con una pelota de fútbol en la mano.
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