El agujero en la capa de ozono creció y ahora es uno de los más grandes jamás registrados

En 2022, la ONU afirmó que la capa de ozono se estaba recuperando; en octubre de 2023 el agujero creció hasta alcanzar 26 millones de km2. ¿Qué está pasando?
La capa de ozono sobre la Tierra permite la vida tal y como la conocemos.
La capa de ozono sobre la Tierra permite la vida tal y como la conocemos./GETTY IMAGES

De acuerdo con la última medición del satélite Copernicus Sentinel 5P de la Agencia Espacial Europea (ESA), el agujero de la capa de ozono en la Antártida se ha abierto hasta alcanzar los 26 millones de kilómetros cuadrados este año. Esta extensión desprotegida de la atmósfera es equivalente a tres veces el tamaño de Brasil y convierte al agujero actual en uno de los más grandes jamás vistos. El anuncio de su crecimiento atrajo atención a nivel mundial.

Lo básico sobre la capa de ozono y su agujero

El ozono es una molécula conformada por tres átomos de oxígeno. El ozono en la estratosfera se forma cuando el oxígeno molecular (O2) se transforma en una partícula altamente reactiva capaz de absorber eficazmente la radiación ultravioleta (UV). Las ondas ultravioletas rompen las moléculas de oxígeno y se recombinan para formar moléculas de ozono (O3). Cuando el nuevo gas recibe suficiente radiación, se “fractura” de nueva cuenta en oxígeno molecular (O2) y atómico (O), que pronto volverán a ser O3. Gracias al ciclo de formación y destrucción del ozono, la Tierra cuenta con un escudo natural contra la radiación UVC, la más dañina del Sol. La existencia de esta capa es fundamental para la vida tal y como la conocemos.

El estudio del ozono estratosférico en la Tierra se remonta a 1913. Décadas después, los científicos descubrieron la presencia de sustancias artificiales capaces de destruir el O3 protector. El científico mexicano Mario Molina y el estadounidense Sherry Rowland propusieron en 1974 que los clorofluorocarbonos (CFC), compuestos químicos utilizados en la industria, se descomponían en la estratosfera, liberando partículas de cloro y bromo que destruían el ozono acumulado. En 1985, investigadores del British Antarctic Survey confirmaron la teoría de los CFC y sus reportes los llevaron a detectar un "agujero" en la capa de ozono en la Antártida.

¿Por qué el agujero de la capa de ozono está en la Antártida?

El famoso "agujero" en la capa de ozono en la Antártida no es una ‘perforación’, sino un adelgazamiento drástico de la concentración de O3 en esa región. Con la disminución en el espesor de la capa de ozono, su capacidad para bloquear la radiación ultravioleta del Sol también se reduce. La extensión de tierra descubierta recibe los rayos UV de manera directa y se enfrenta a consecuencias como el deshielo y casos de cáncer de piel.

El hecho de que el mayor adelgazamiento se produzca en el polo sur no es una coincidencia. La Antártida actúa como una especie de jaula natural para los gases. Las condiciones atmosféricas aíslan su masa de aire del resto del planeta, al tiempo que recibe una mayor cantidad de partículas provenientes de otras latitudes. Los clorofluorocarbonos que agotan el ozono tienden a concentrarse en el polo y reunirse en unas estructuras llenas de hielo conocidas como nubes estratosféricas. Entre más CFC se genere, más partículas que destruyen el ozono quedan atrapadas en las nubes.

En 1987, dos años después del descubrimiento del agujero, se firmó el Protocolo de Montreal. La mayoría de los países se comprometieron a reducir drásticamente la producción de gases halocarburos. Desde entonces, la recuperación de la capa de ozono avanza paulatinamente. En términos generales, los climatólogos pronostican una exitosa recuperación, aunque el camino está repleto de altibajos.

Antártida
El derretimiento del hielo en la Antártida supone un aumento en el nivel del mar que afecta directamente al clima, economía y condiciones sociales mundiales.

¿Por qué se abrió el agujero, si están prohibidos los CFC?

El ciclo del ozono es un proceso complejo y delicado. Por sí misma, la capa de ozono experimenta fluctuaciones en su densidad a lo largo de las diferentes estaciones del año. Asimismo, los clorofluorocarbonos generados durante décadas permanecen en la atmósfera en la Antártida. La estabilidad del ozono depende de múltiples factores aunque eventos geológicos o sociales destacados pueden alterar su recuperación.

El tamaño del agujero también varía año con año. En 2022 llegó a medir 25 millones de kilómetros mientras que en 2021 alcanzó sus mínimos históricos. En términos generales, la comunidad científica percibe que el tamaño va a la baja, lo que es una señal de su recuperación paulatina.

Los científicos de la ESA no tienen certeza sobre la causa exacta del actual reensanchamiento del agujero en de este año, pero tienen una hipótesis. El adelgazamiento del ozono en la Antártida probablemente esté relacionado con la erupción del volcán submarino Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022.

“El volcán inyectó una gran cantidad de vapor de agua en la estratosfera, que solo llegó a las regiones del polo sur después del final del agujero de ozono de 2022. El vapor de agua podría haber provocado una mayor formación de nubes estratosféricas polares, donde los clorofluorocarbonos (CFC) pueden reaccionar y acelerar el agotamiento de la capa de ozono. La presencia de vapor de agua también puede contribuir al enfriamiento de la estratosfera antártica, mejorando aún más la formación de estas nubes estratosféricas polares y dando como resultado un vórtice polar más robusto” explicó Antje Inness, científica senior del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Corpernicus (CAMS).

Volcán Tonga
Un año después, los investigadores siguen maravillados por la potencia de la explosión del Hunga Tonga y se preguntan cómo vigilar otros volcanes submarinos.

La teoría del volcán de Tonga está todavía a debate y los propios científicos de la ESA aceptan que todavía es muy pronto para confirmarla como el evento responsable del fenómeno. El seguimiento del comportamiento del ozono en la zona y la continua supervisión en la generación de sustancias que agotan la capa protectora será fundamental para cumplir su completa recuperación, pronosticada para el año 2050.

“Los cambios negativos en la capa de ozono se compensan con cambios positivos en el comportamiento humano, lo que permite que la capa de ozono se recomponga. El papel que juega el propio agujero de ozono en el calentamiento global y el cambio climático resultante es pequeño en comparación con los impactos provenientes de las actividades humanas”, escribió la NASA en un comunicado oficial.