11 de septiembre de 2001: la mayor evacuación marítima de la Historia

Cuando la segunda de las Torres Gemelas cayó, en el Sur de Manhattan se desató un caos que la ciudad de Nueva York, esencialmente caótica, jamás había llegado siquiera a imaginar. Cientos de miles de personas, trabajadores que habían llegado a la isla desde cualquiera de los demás Boroughs de la ciudad, o desde el vecino estado de Nueva Jersey, se encontraron atrapadas: todos los puentes y túneles de la ciudad habían sido cerrados y no había manera de salir de Manhattan. Y entonces apareció el milagro. Una flotilla irregular compuesta por ferris, guardacostas, remolcadores, cruceros turísticos, golondrinas, pesqueros y hasta yates privados apareció al rescate. Fue el Dunkerque neoyorquino, una historia casi desconocida de las muchas que nos dejó aquel trágico 11 de septiembre de hace hoy 22 años.

Un remolcador de los Guardacostas observa el incendio de las Torres Gemelas en algún momento entre las 9:02 y las 9:58 de la mañana del 11 de septiembre de 2001

Todos los que lo vivimos recordamos de manera increíblemente precisa qué estábamos haciendo, dónde y con quién cuándo vimos por primera vez la imagen de los atentados. En España coincidió con la hora de los informativos, así que millones de personas vimos en directo el impacto del segundo avión y sentimos el mismo indescriptible escalofrío. Para los guardacostas neoyorquinos la cosa fue mucho peor. Todavía no había impactado el segundo avión cuando los primeros barcos de los bomberos y la policía neoyorquinos se pusieron en marcha para comenzar el transporte de suministros. El segundo ataque, un cuarto de hora después, empezó a llevar gente a los muelles junto a Battery Park. Ahora ya se sabía que era un atentado terrorista y la multitud entró en pánico. Un barco guardacostas tomó el mando una hora después del primer impacto para coordinar los esfuerzos de apoyo a los bomberos en lo que acabaría siendo conocido como Zona Cero. Apenas unos minutos después se desató el caos.

El Sur de Manhattan, visto desde el Oeste, instantes después de la caída de la segunda torre. Para hacerse una idea de lo masivo de la nube de polvo, entre el Puente de Brooklyn (arriba a la derecha) y los muelles en la parte inferior de la foto hay casi dos kilómetros en línea recta

La Torre Sur se desplomó un par de minutos antes de las 10 de la mañana, matando a unas 1.700 personas dentro y fuera del edificio, y lanzando una descomunal nube de humo, polvo y escombros por todo el sur de la isla. Miles de personas corrieron desesperadas al sur de Manhattan y empezaron a amontonarse en muelles y embarcaderos. Guardacostas, bomberos y barcos de la policía no tardaron en percatarse de lo que estaba sucediendo y algunos acudieron espontáneamente al rescate. A las diez y veintiocho minutos de la mañana, una hora y 42 minutos después del primer impacto, la Torre Norte se derrumbó, llevándose 700 vidas más. El caos más absoluto se desató por toda la ciudad, pero especialmente en la punta sur de Manhattan. Las grabaciones que ese mismo día empezaron a aflorar mostraban un escenario apocalíptico; una niebla impenetrable en la que los supervivientes cubiertos de polvo tóxico se movían como zombis en estado de shock, envueltos en gritos y alarmas de coche. Instantes después del derrumbe, la Autoridad Portuaria cerró todos los túneles y puentes bajo su jurisdicción, atrapando a cientos de miles de personas en la isla.

Una multitud hace cola para ser evacuada en un muelle a la altura de la Calle 39 en Manhattan

En los muelles junto al Battery Park la muchedumbre sumaba ya decenas de miles de personas. En palabras de un testigo, «era un muro humano de un extremo a otro». Y entonces sucedió. El teniente Michael Day, de los Guardacostas, apretó el botón del micro de la radio con su dedo pulgar y dijo:

A todos los barcos disponibles. Al habla los Guardacostas de Estados Unidos. Todo el que quiera colaborar con la evacuación informe a Governors Island«

Esa fue la histórica transmisión radiofónica que dio inicio a la mayor evacuación marítima de todos los tiempos. 150 embarcaciones respondieron a la llamada, entre ellos el conocidísimo ferry de Staten Island, pero también todos los cruceros turísticos de la ciudad, decenas de barcos privados y todas las embarcaciones no civiles que la escucharon en los dos orillas del Hudson.

Una nube de humo y polvo cubriendo el sur de Manhattan, vista desde un barco evacuando civiles

Las siguientes horas fueron frenéticas. Los barcos hacían cola para evacuar supervivientes de los ataques mientras en los puertos de destino, fundamentalmente Nueva Jersey y Staten Island, se acumulaban los suministros para los viajes de vuelta. Y todo ello sucedió de manera completamente improvisada y mayoritariamente sin apenas coordinación. Las radios estaban completamente saturadas, así que los marineros tuvieron que desempolvar sus conocimientos de comunicación por señales para poder comunicarse con otros buques. Una y otra vez se repetía el mismo escenario: atracar en el muelle más próximo, cargar todos los pasajeros posibles, navegar unos minutos al otro lado del Hudson, descargar, cargar los suministros que se pedían incesantemente desde la Zona Cero y vuelta a empezar. Sólo el ferry de Staten Island evacuó a cincuenta mil pasajeros a razón de más de cuatro mil por viaje, y llevó a Manhattan a cientos de trabajadores de los servicios de emergencia.

Barcos acudiendo en masa al rescate de civiles en Battery Park. Arriba a la izquierda, Nueva Jersey

Unos seiscientos marinos tomaron parte en el rescate, que se prolongó hasta el anochecer del fatídico 11 de septiembre, que ya en ese momento empezaba a llamarse 11S en España, o 9/11 en Estados Unidos. En Dunkerque los británicos evacuaron a 338.000 personas en 9 días. En Manhattan los evacuados fueron más de medio millón. En doce horas. Es una historia épica que pasó desapercibida en el marasmo de unos hechos que cambiarían el mundo, pero que merece ser recordada. En un momento en que el odio y la maldad provocaron una tragedia inimaginable, cientos de personas decidieron dejarlo todo y dar lo mejor de sí mismos para rescatar a las víctimas y llevarlas sanas y salvas a su casa. Porque siempre hay quien elige hacer el bien.

Cruceros turísticos y un barco de los bomberos cargan civiles mientras dos remolcadores esperan su turno

En Fronteras, hace hoy trece años: El mundo entero ha venido al pueblo: la historia de cómo 10.000 pasajeros de decenas de vuelos intercontinentales acabaron en un pequeño pueblo en Canadá el 11 de septiembre, y de la solidaridad que se desató

Civiles siendo evacuados desde el Sur de Manhattan

Fuentes y más info:

En el décimo aniversario de los atentados se lanzó un breve documental llamado Boatlift y narrado por Tom Hanks. No lo he encontrado con subtítulos en Español:

Más vídeos de Vice, BBC y CBS.

Fotos de The Mighty, Intelligencer y Museo Smithsonian.

 

7 respuestas a “11 de septiembre de 2001: la mayor evacuación marítima de la Historia

  1. cob 11-septiembre-2023 / 4:18 pm

    Gracias Diego, no conocía esta historia.

  2. Pepito Pérez 11-septiembre-2023 / 7:56 pm

    «Todos los que lo vivimos recordamos de manera increíblemente precisa qué estábamos haciendo, dónde y con quién cuándo vimos por primera vez la imagen de los atentados.»

    Espeluznantemente cierto.
    Leyendo el artículo he vuelto a sentir los mismos escalofríos.

  3. Nacho 12-septiembre-2023 / 6:44 am

    ¿Por qué se cerraron los puentes y túneles dejando a las víctimas atrapadas?

    • Noelia 12-septiembre-2023 / 9:15 am

      Eso mismo me pregunto yo

    • Marius 12-septiembre-2023 / 6:33 pm

      Seguramente las autoridades pensaron que un puente o un túnel, con personas transitando en masa, podría ser un blanco atractivo para un ataque terrorista.

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