¿Son realmente necesarios los “deberes”?

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Por Luis Alejandro López-Agudo y Oscar D. Marcenaro-Gutierrez

Tradicionalmente, los deberes escolares han sido considerados el “trabajo de la infancia”, ya que preparan a niños y niñas para su trabajo futuro, desarrollando su actitud y sentido de responsabilidad, siendo así potencialmente positivos para el rendimiento académico del alumnado. Sin embargo, obligar al alumnado a realizar una gran cantidad de deberes ha sido una de las prácticas escolares más criticadas en los últimos años, abriendo el debate sobre la “utilidad de los deberes”; este debate ha recibido un creciente volumen de atención mediática, tanto en medios de información nacionales como internacionales. De hecho, las asociaciones de madres y padres sostienen - desde hace mucho tiempo - que el alumnado español matriculado en educación primaria y secundaria dedica demasiado tiempo a los deberes. Esta situación es tan alarmante que la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (CEAPA) promovió las “huelgas de deberes”, fomentando que el alumnado no hiciera sus “deberes” durante los fines de semana en noviembre de 2016. El motivo por el que a los niños y a las niñas en España se les asignan muchos “deberes” es que existe la creencia entre las personas responsables de las políticas educativas que esas actividades mejorarán el rendimiento académico del estudiantado. Esto se debe principalmente a investigaciones previas en esta área, que en su mayoría han señalado que cualquier tarea puede mejorar el rendimiento académico de los estudiantes, en la medida en que los niños y niñas permanezcan “ocupados” con las tareas escolares y el aprendizaje en el hogar.

A la luz de esa realidad, en este artículo (escrito por John Jerrim, Luis Alejandro López-Agudo y Oscar D. Marcenaro-Gutiérrez) proporcionamos nueva evidencia sobre la relación entre el tiempo dedicado a la realización de deberes y el rendimiento académico del alumnado. Específicamente, utilizamos un conjunto de datos de gran riqueza informativa relativos al alumnado de educación primaria de la región española más poblada (Andalucía), que nos permitieron explotar las similitudes y diferencias entre hermanos gemelos (nacidos en 1998). Nuestra principal conclusión es que el tiempo dedicado a la realización de deberes no está asociado con el rendimiento académico de los jóvenes (en lengua española y razonamiento matemático). Pero, ¿cómo llegamos a esa conclusión? y, ¿cuáles son las posibles explicaciones de ese resultado?

Para centrar el debate, debemos tener en cuenta que en algunos países con alto rendimiento académico (según las evaluaciones internacionales a gran escala) como, por ejemplo, Finlandia, el alumnado tiene una carga de trabajo relativamente baja en cuanto a tareas escolares; sin embargo, el alumnado español, a pesar de mostrar un rendimiento académico muy por debajo del máximo de la distribución de rendimiento académico, presenta una carga de deberes por encima de la media de la OCDE. Entonces, ¿qué está pasando? Para responder a esta pregunta se aprovechó la heterogeneidad existente en el tiempo dedicado a los deberes dentro de las parejas de gemelos (más del 50% de los gemelos mostraban diferencias en el tiempo dedicado a los deberes respecto a sus hermanos/as). Al hacer esto, podemos eliminar la variación entre gemelos, lo que significa que controlamos implícitamente todo lo que comparten (por ejemplo, escuelas, progenitores, estatus socioeconómico). Esto nos permite captar la relación con el rendimiento académico (en cuanto a las competencias en dos materias – lengua española y razonamiento matemático) de los factores que realmente varían entre gemelos/as; en este caso, el tiempo dedicado a los deberes. Nuestro análisis también analiza cómo los niños y las niñas progresan a través de la educación obligatoria (desde la educación primaria hasta la secundaria).

Como se indicó anteriormente, no encontramos una asociación sustantiva entre las fluctuaciones del tiempo de deberes y las variaciones en el rendimiento académico de los gemelos, ni entre el tiempo de realización de deberes y la progresión académica entre la educación primaria y secundaria. Estas conclusiones brindan cierto apoyo al discurso de aquellas organizaciones de madres y padres que han afirmado que los niños y niñas españolas dedican demasiado tiempo a la realización de deberes, visto el poco beneficio aparente que se deriva de esta actividad.

Estos resultados pueden ser sorprendentes, pero debemos tener en cuenta que las habilidades en las que nos hemos centrado son las “competencias” de matemáticas y lectura, es decir, habilidades del “mundo real” que están destinadas a ser importantes y relevantes en el mercado laboral. El hecho de que no encontremos una asociación sustancial entre los cambios en el tiempo dedicado a deberes y las variaciones en el rendimiento académico de los gemelos no implica que el tiempo de realización de deberes no sea beneficioso, sino que los deberes que hace el alumnado pueden no estar ayudando a los jóvenes a desarrollar estas habilidades clave. De hecho, los deberes que se asignan en España suelen consistir en tareas repetitivas para mecanizar y memorizar el contenido del currículo (es decir, el aprendizaje memorístico), siendo los estudiantes incapaces de aplicar estas habilidades para resolver nuevos problemas en otros contextos. En otras palabras, quizás el problema no sea la “cantidad” sino la “calidad” de las tareas que se pide realice el alumnado. En este sentido, deberíamos promover tareas genuinamente enfocadas al desarrollo de competencias más que al aprendizaje mecánico de las tareas. Parte de este problema también puede provenir de la forma en que se evalúa este conocimiento en los exámenes escolares, en los que generalmente se requiere que los estudiantes realicen estas tareas repetitivas para aprobar; es decir, exámenes en los que se reformulan ligeramente las preguntas con respecto al contenido de las lecciones o solo se modifican los números o las cifras en los problemas de matemáticas.

Esto es consistente con las conclusiones de Cosden et al. (2004, p. 220), quienes señalan la importancia de “equilibrar el tiempo dedicado a la realización de deberes con otros aspectos de la vida familiar del niño/a para promover resultados de desarrollo positivos”.

Por último, pero no menos importante, al interpretar nuestros resultados se debe tener en cuenta que los gemelos están sobrerrepresentados entre las familias de nivel socioeconómico más alto y, por lo tanto, debemos ser cautelosos al extender nuestras conclusiones al conjunto de los estratos poblacionales.

Podéis encontrar la versión en inglés de este post aquí.

Hay 5 comentarios
  • El debate de si/no deberes es algo anecdotico. Deberes sí, está claro, ayudante a asentar y aprehender el conocimiento, pero no es la clave.
    Hasta Alejandro Magno tenía deberes, pero ¿que tenía por encima de eso? A Aristoteles. Deberes sí, pero con un humano preocupado realmente por el estudiante, que le guie y le ayude a adquirir un conocimiento múltiple y ordenado del mundo

  • Interesante el estudio, aunque me surge una duda. El estudio en gemelos permite controlar por las variables señalais, pero ¿No hay posibilidad de que otras (sentido de la responsabilidad, capacidad de entendimiento,...) expliquen que los gemelos dediquen distinto tiempo a hacer deberes? Conozco casos de gemelos que eran más torpes que sus hermanos y dedicaban mucho más tiempo a hacer deberes para sacar la misma nota. Ellos necesitan deberes para afianzar conocimientos. De no haberse esforzado con los deberes, probablemente sus resultados habrían sido peores.

  • Interesante entrada. Yo tenía mi libreta de deberes mancillada con dibujos y poemas.

    Creo que es un error contraproducente para la salud mental del niño y de la sociedad futura de la que será miembro activo, el anteponer una cultura del éxito, vinculada a la excelencia y al trabajo, frente a la felicidad y el fomento del bienestar social.

    Está bien formar adultos responsables, pero qué sería de nuestro avance científico, sin los episodios de genial irresponsabilidad de algún niño o niña que no encajaba en el molde.

    La motivación es la fuerza motriz del conocimiento, si aplicamos el rodillo institucional sobre tiernas criaturas, nos quedará un césped bien cortado, pero escaso en cuanto a florecillas silvestres.

    Yo reivindico el liberalismo infantil, menos intervencionismo de la industria educativa en la inspiración artesanal de los futuros genios, tan solo mostrarles los problemas haciéndoles partícipes de las soluciones y la vocación hará el resto.

    Un cordial saludo.

  • ¿Explicar el rendimiento académico del alumno sin una referencia al desempeño de los profesores, al currículum impartido y a la ratio de alumnos por clase.?

  • Estaría bueno agregar al análisis de los deberes el concepto de aula invertida, donde los deberes son pasivos (leer o ver videos), y las clases son activas (conversaciones y ejercicios).

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