MMXXIV VOL19 No.649

Hashima quedó abandonada hace 50 años

COLUMNA II 5$

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La torre infernal del 432 Park Avenue, Nueva York

¿Te irías a vivir a un rascacielos de 85 pisos? La idea en un principio puede resultar atractiva, sobre todo pensando en las vistas desde las plantas superiores pero residir en una torre tan alta tiene sus pegas; movimientos, crujidos, roturas e inundaciones
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La torre infernal del 432 Park Avenue, Nueva York

La torre del 432 Park Avenue, en Manhattan, Nueva York, con sus 85 pisos y 425’5 metros de altura, está ubicada en la avenida de los billonarios, una porción al sur-este de Central Park, donde en la década del 2010, se emepezó a construir una hilera de rascacielos residenciales de ultra-lujo, impulsada en gran parte por compradores extranjeros que buscaban discreción y sacar beneficios en una posible reventa.

La idea de vivir en lo alto de un rascacielos, sobre el papel, resulta atractiva, especialmente considerando las vistas que se pueden disfrutar durante todo el día desde los pisos superiores.

Los rascacielos se balancean

La pega de residir en una torre tan alta es que los rascacielos se balancean cuando sopla el viento. En Nueva York el viento es especialmente fuerte en altitud, ya que todo el techo de la ciudad está batido por corrientes de aire racheadas de forma casi permanente.

La fuerza del viento dio al traste el proyecto de amarrar zeppelines en lo alto del Empire State, donde se había construido un mástil para tal uso y una central de pasajeros con aduana en los pisos superiores. En uno de los intentos durante un día de buen tiempo, el blimp de Goodyear tan solo logró deslizar una saca de periódicos con una cuerda hasta el último piso.

Nueva York 432 Park Avenue New York
Primer plano de la torre 432 Park Avenue al principio de la avenida de los billonarios, con Central Park detrás. La calle Park Avenue es la gran vía que se ve justo a la derecha del edificio. La que va en paralelo más a la derecha, es Lexington Avenue. Históricamente, la zona buena de Nueva York, como cualquiera que haya jugado al Monopoly sabrá, era el tramo de Park Avenue que se ve, la 5ª Avenida que estaría más a la izquierda del 432, en paralelo a Madison Avenue. En general, cualquier calle en frente de Central Park o con vistas, ya que es el sitio mentalmente más salubre dentro de la gran mole de bloques que es Manhattan y Nueva York.

Otro caso es el del Chrysler Building, en el que a Walter Chrysler se le ocurrió poner un restaurante entre los pisos 66 y 68 porque no le apetecía bajar hasta la calle para comer. Fue el mítico “Cloud Club” o Club de las Nubes. Ir a almorzar allí era una experiencia de sentarse a la mesa bien abrigados mientras los comensales escuchaban el fantasmagórico silbido de los vientos huracanados soplando contra la fachada. Con tempestad, los platos incluso temblaban.

Para evitar que el fuerte viento tumbe un rascacielos, los arquitectos los construyen de forma que toda la estructura sea flexible, permitiendo que las torres se balanceen en cierta medida cuando son zarandeadas por las corrientes de aire. Si fuesen estructuras completamente rígidas, un huracán o un terremoto los podría derrumbar, cayendo sobre la ciudad y causando una catástrofe.

Inundaciones en el 432 Park Avenue

La flexibilidad estructural es buena para que el edificio se tenga en pie pero tiene implicaciones de cara a la habitabilidad. En el caso del 432 Park Avenue, el zarandeo provoca movimientos, crujidos, roturas, incluso inundaciones, según filtraba el diario New York Times (NYT) en Febrero del 2021.

La torre del 432, además de tener flexibilidad, fue dotada de 6 cortavientos con 6 balancines cada 10-12 pisos, junto a una carga de contrapeso en la azotea, que solo han conseguido mitigar relativamente los efectos del zarandeo. Más que para mitigar, estos elementos fueron instalados para poder construir la torre más alta.

Nueva York 432 Park Avenue New York
Las vistas desde las plantas superiores del 432 son espectaculares en los 4 puntos cardinales. Ahora bien, esas vistas tienen un precio. La imagen es como la bella y la bestia arquitectónica; el elegante Empire State al fondo y los ventanales cuadrados, estilo nicho de cementerio, del cubo que es el 432 en primer plano a la derecha.

El “drama” que están viviendo los billonarios alojados en la infernal torre – los ricos también lloran – saltó a la luz cuando el NYT se hizo eco de una disputa vecinal entre los residentes, incapaces de ponerse de acuerdo sobre como solventar los problemas de la torre.

En los rascacielos residenciales, cuanto más alto en la torre el piso adquirido, más caro – por el penthouse del techo se pagaron 88$ millones – más estatus social… y más problemas.

El matrimonio de Mikhail y Sarina Abramovich, magnates del petróleo retirados, adquirieron un apartamento de 1.000m2 en una de las plantas superiores, por 17 millones en el año 2016.

Según llegaron, se encontraron subiendo en el ascensor con un obrero con el casco puesto, ya que su planta estaba todavía sin terminar. Nótese que en este tipo de viviendas de lujo, el ascensor llega hasta al interior del propio apartamento.

Los problemas se desataron inmediatamente. El edificio sufrió varias inundaciones, las más graves, en Noviembre del 2018 cuando reventaba una junta entre dos tuberías de alta presión en el piso 60.

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Muchos de los apartamentos han terminado con horribles decoraciones interiores de estilo “moderno”, lo que equivale a poner muebles que parecen sacados de la década de 1970. Los más acertados han seguido la temática cuadrada de los ventanales e instalado cojines en las ventanas para sentarse y apreciar las vistas, lo mejor que tiene este edificio. Como en muchas casas anglosajonas, no hay persianas. El exteriorismo excesivo, sobre todo a tanta altitud, impone la instalación de cortinas a riesgo de acabar con una insolación detro de tu propia casa.

Cuatro días después otro fallo de fontanería inundaba 2 de los 4 ascensores que tiene la torre, dejándolos inutilizados varias semanas. Aquellos que se ejerciten haciendo escaleras en la máquina del gimnasio saben perfectamente que subir a la planta 85 por las escaleras, no es una opción, salvo que estés en estado pletórico de forma física, tengas 3/4 de hora libres para ascender y tiempo para ducharte después.

La causa de las inundaciones; la flexibilidad estructural y el zarandeo. Aunque el edificio sea flexible, las tuberías y las juntas de las cañerías siguen teniendo mucha más rigidez, por lo que cada vez que la torre se comba demasiado, cabe esperar que alguna unión falle.

La primera inundación causó daños por valor de medio millón en el apartamento de los Abramovich. Otro escape, dañó todas las viviendas desde la azotea hasta el piso 83, adquiridas la mayoría por billonarios anónimos.

Movimientos, roturas, crujidos y el silbido fantasmagórico del viento

Más problemas de cara a la habitabilidad derivados de la flexibilidad estructural y el zarandeo del viento, son los continuos movimientos, roturas y todo tipo de ruidos como crujidos o el silbido fantasmagórico del viento golpeando contra las fachadas o colándose por los conductos de ventilación.

Vivir en las plantas superiores se parece a vivir en un antiguo galeón de madera. El balanceo hace que los pisos crujan como crujían las cuadernas de un antiguo barco. Según algunos vecinos, se escuchan golpes, chasquidos y ruidos extraños constantemente.

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Otro salón de las plantas superiores, este con vistas a Central Park, a tal altitud que se puede ver prácticamente todo el norte de Nueva York hasta donde se pierde la vista por puente George Washington. El rio Hudson a la izquierda, East River a la derecha, el Bronx… Los apartamenos más caros ocupan toda una planta por lo que el propietario tiene vistas de Nueva York con 360º.

Los huecos de los ascensores también se ven afectados por el zarandeo; se curvan y los cables de los elevadores chocan entre sí.

El 31 de Octubre del 2019, un día que fue especialmente ventoso en los cielos de Nueva York, que no ha nivel de calle donde hacía buen tiempo, un ascensor del 432 se detuvo, dejando a un vecino atrapado durante hora y media, aterrado, notando como el edificio se movía y la estructura crujía por todas partes.

El “trash chute” suena como una bomba

Una “comodidad” en los rascacielos residenciales de la avenida de los billonarios es la instalación del “trash chute”, un conducto en el interior de las paredes para tirar la basura, ya que bajar a la calle desde el piso 85 a depositar residuos no resultaría práctico.

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Las espectaculares vistas desde la bañera de uno de los apartamentos orientados al sur de Manhattan. Por alguna razón difícil de desentreñar, un atractivo de la vida billonaria es darse un baño en pelotas delante de los 19 millones de habitantes que tiene Manhattan, al lado de una ventana sin cortinas ni persianas. La considerable elevación del piso, no evita que Nueva York está lleno de telescopios por todas partes. Por ejemplo, uno podría subirse al observatorio del Empire State y enfocar el catalejo a la bañera de este piso.

El daño colateral de tal conducto, es que según los vecinos, cada vez que alguien arroja una bolsa de basura por la tubería desde 425 metros de altitud, suena como si hubieran detonado una bomba, retumbando por todo el bloque.

El infierno de las derramas y la factura del restaurante

Las continuas averías provocó que en el año 2019 el recibo de la comunidad del 432 Park Avenue subiese un 40% entre reparaciones o derramas y encareciese los seguros del hogar un 300%, dado que las inundaciones del 2018 costaron 9’7 millones de dólares en reparaciones.

Otra subida inesperada vino en las facturas del restaurante exclusivo para los residentes que tiene el 432, los cuales estaban obligados en el año 2015 a realizar un gasto anual de 1.200$ a cambio de recibir desayuno gratis todo el año.

En el 2021, el importe obligatorio del restaurante subió a 15.000$ por las mismas razones que el resto de recibos; reparaciones, derramas y falta de demanda. Además, se retiró el desayuno gratis.

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El gimnasio y la piscina interior del 432. En las plantas superiores no necesitaban más agua para poder darse un chapuzón, dado los problemas de cañerías.

La falta de demanda del restaurante, pone de relieve el hecho de que la mayoría de los propietarios no viven en el edificio, lo usan como apartamento para hacer visitas puntuales a Nueva York o para especular con una futura venta.

De 103 apartamentos, solo hay 40 que estén ocupados con cierta continuidad y la mayoría son comprados a través de empresas pantalla para asegurar la anonimidad de los propietarios.

Otras amenidades que encarecen las facturas del 432, la mayoría construidas en pisos dobles;

  • Sala de conferencias.
  • Sala de billar y biblioteca.
  • Restaurante obligatorio (si no te gusta el chef, te fastidias).
  • Gimnasio con entrenadores personales.
  • Piscina interior de 22 metros de largo con sauna, spa y salas de masaje.
  • Estudios para alojar al servicio, a comprar por el propietario del piso.

Arquitectura de mal gusto

De las 8 torres que se han construido hasta la fecha en la avenida de los billonarios, a cada cual más fea, la más horripilante de todas es 432 Park Avenue, con sus 425’5 metros de altura metidos en una especie de cubo rectilíneo, con aspecto de nicho de cementerio.

Lejos queda la era dorada en la década de 1930 en la cual se levantaron los rascacielos art-deco más elegantes de Manhattan como el Chrysler Building, el Empire State y el Rockefeller Building.

Nueva York 432 Park Avenue New York
Detalle de los cortavientos con balancines. Cada cortavientos son dos pisos en los que no se han instalado cristales en las ventanas para que pase el viento y choque contra un centro circular, con el objetivo de mitigar el balanceo. Dentro de los círculos, llamados pisos mécanicos, hay infraestructuras de servicio y los balancines en la parte superior.

Entonces existía una normativa en Nueva York, llamada “zoning zone”, entre 1916 y 1961, según la cual, las torres tenían que construirse en forma de pirámides escalonadas, sin limitación de altura, para que la luz del sol llegase a las calles.

Aquellos tiempos y normativas quedaron atrás. Los rascacielos de la avenida de los billonarios, a excepción 53 West, son cubos cuadrados que se elevan hacia el cielo, diseñados por los mismos arquitectos psicópatas que construyen las alienantes obras públicas “modernistas” que el resto de los mortales tenemos que soportar y pagar.

En España son muy sonados los crímenes arquitectónicos de Calatrava y otros contemporáneos, que encontraron su habitat natural durante el boom urbanístico de la burbuja, como el CREAA en Alcorcón de Camacho y Bustamente o el InTempo de Benidorm de Pérez-Guerras, por nombrar algunos horrores que ejemplifican la tendencia.

El nº de plantas es subjetivo

La gran mayoría de los problemas que sufre 423 Park Avenue, lo sufren el resto de rascacielos de la avenida de los billonarios además de tener todos una misma peculiaridad; mienten descaradamente sobre el número de pisos que tienen las torres.

Esta fue una moda que se suele achacar fue iniciada por la torre Trump, en la que a Donald, por razones de estatus social, se le ocurrió difundir que tenía 90 plantas, cuando en realidad tiene 72.

No obstante, en la misma avenida de los billonarios ya había precedentes como el de la “Metropolitan Tower”, anunciada como si tuviese 78 pisos cuando solo tenía 66.

Nueva York 432 Park Avenue New York
Como se puede apreciar en la imagen, los dos últimos pisos en la azotea del 432 son falsos. En la fachada han colocado ventanas iluminadas para simular el ardid. El millonario saudí que compró el penthouse por 88$ millones está justo de bajo.

En el caso del 432 Park Avenue, oficialmente tiene 85 pisos más 3 sótanos y se publicitó como si tuviera 88 plantas, que se numeraron del 1 al 86. Los 2 pisos de la azotea son falsos -> whisky tango foxtrot.

La razón de está numeración probablemente sea que no tenga piso 13, con la excusa de que el gafe asociado al número espantase posibles compradores. Por arte de magia, uno asciende de la planta 12 hasta la 14 directamente y la torre gana un piso más de estatus gratuito.

Otra treta empleada por las torres One57 y 35 Hudson Yards, es dedicar las plantas inferiores a instalaciones hoteleras y los pisos superiores a residencias particulares, empezando a contar las plantas privadas por un número atráctivo de cara a las ventas.

El One57 dice tener 90 pisos. En realidad tiene 75 alturas y los apartamentos se empiezan a contar desde el nº22.

La torre 35 Hudson Yards dice tener 92 pisos. La realidad es que tiene 71 plantas y los apartamentos se empiezan a contar desde el nº53.

Est.1875 

Nolumus credere, velimus scire

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