El luto que nadie entiende: cuando muere tu mascota

Enviado por Fabio el 2025-07-08 14:19:53 | Host: web

La llevamos a casa en una caja de cartón agujereada que nos dio una voluntaria de la protectora. El cartón olía a orina y a pan blanco. Dentro, dos ojos —inmensos, pardos— me miraban con la gravedad de quien lo sabe todo, incluso que un día me rompería el alma. Olga. Así la llamé. Porque sonaba a abuela rusa, a mujer que lo ha visto todo, y porque ella tenía ese aire de vieja sabia que ni el cachorro más tonto del mundo podía disimular con sus orejas colgantes y su andar torpe.

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