El caso del hombre lobo de Ansbach, la leyenda que fue cierta

En el año 1685 los pobladores Ansbach creyeron estar siendo atacados por un hombre lobo. Pronto descubrirían que un lobo gigante los estaba asechaba.

La leyenda que resulto ser cierta

Hay un aspecto particular en las leyendas y mitos de ciertas regiones del mundo que nos permite, más allá de ver particularidades culturales, observar la psicología y el pensamiento grupal de una cultura en cuestión. Aspectos que nos ayudan a comprender sus temores y anhelos en un tiempo particular dado. Si bien son muy raros los casos en los cuales una leyenda o ser mitológico resultan ser ciertos, como por ejemplo el conejo cornudo, son aun más raros los casos en los cuales una leyenda resulta ser en realidad un recuento colorido de un evento real e histórico. Una de éstas leyendas fue la leyenda del hombre lobo de Ansbach, la cual, tras una serie de investigaciones, resultó ser la crónica de un pueblo medieval siendo asediado por un enorme lobo alfa.

El hombre lobo de Ansbach

Ilustración medieval.
Ilustración por un autor desconocido del lobo colgado de la horca y vestido con las ropas del alcade y una gran peluca.

Es por esto que la leyenda del Hombre lobo de Ansbach es mi favorita, ya que la misma relata un hecho que en verdad tuvo lugar y el cual, por razones obvias que tienen que ver con la dificultad de creer que algo así pueda haber sido posible en el pasado, fuese reducido con el pasar de los siglos a un mero invento producto de la fértil imaginación de pobladores locales pasados en bebidas.

La leyenda, si bien existe modificada en sus distintas versiones, esto principalmente debido a que cada pueblo o aldea la contó a través de los años mediante la tradición oral, nos cuenta como en el año 1685, tras la muerte del Bürgermeister de Ansbach -el alcalde del pueblo que tenía además el poder de levantar una milicia en caso de ser necesario, algo común en tiempos tan turbulentos- una seguidilla de asesinatos, primero tomando como victimas a piezas de ganado y luego directamente a mujeres y niños que se aventuraban a las cercanías bosque, tendría lugar llegando a aterrorizar al, en ese entonces creciente pero aun pequeño, pueblo de Ansbach. Un pueblo que es al día de hoy conocido por la cantidad de leyendas mitológicas y de hombres lobos que posee.

Los motivos para sospechar un castigo o maldición eran justificados, ya que ciertamente nadie en el pueblo tenía la conciencia limpia tras el asesinato del cruel alcalde, una persona agresiva y violenta y quien tras los años, debido a su crueldad y avaricia, había ganado el desprecio absoluto de todos los pobladores.

Asesinato que, según las creencias de la época, había desatado una maldición sobre el pueblo a manera de una bestia demoníaca cuya existencia solo tenía el fin de acabar con la vida de todos y cada uno de los residentes de Ansbach. Es así que determinados a acabar con la maldición un grupo de valientes pobladores se embarcaría en una odisea que los llevaría a enfrentarse con el oscuro e implacable invierno bávaro con el solo fin de enfrentarse y darle muerte a la bestia.

Tribunales contra hombres lobos: durante el medioevo el miedo hacia los vampiros, brujas y hombres lobos llevó a que existan tribunales inquisitivos que buscaban «purgar» a los pueblos de éstos seres malignos. No obstante, los «seres malignos» siempre resultaban ser personas empobrecidas o personas con problemas mentales. Es por esta razón que el tribunal contra hombres lobos de Jurgenburg pasó a la historia como uno de los casos más interesantes de tribunales de la inquisición, ya que en éste caso la victima poseía una rapidez mental sin igual y logró salvarse del tribunal con un juego de lógica.

Si bien hasta aquí la historia parece una leyenda similar a tantas otras leyendas de sangre que encontramos a lo largo y ancho de Europa central, la diferencia es que esta ocurrió verdaderamente, y la bestia en cuestión no era un ser mitológico, sino que se trataba de un enorme lobo salvaje que, empujado a cazar cerca del poblado debido a las duras condiciones de ese particularmente cruel invierno, terminaría devorando a varias personas desprevenidas.

Tras días de persecución en la cacería, los cazadores, junto a sus grandes canes de caza, lograrían cercar al lobo, el cual, al verse sin salida, lucharía vanamente hasta su último aliento siendo atacado por los perros y atravesado por las lanzas de los cazadores.

Una vez muerto, el animal sería vaciado, vestido con elegantes ropas de hombre y se le pondría una peluca, asegurándose también de mutilar su hocico con el fin de darle a su cabeza una forma más similar a la de un ser humano. Esto, obviamente, buscando representar en el lobo al mismo Bürgermeister, de quien se creía su espíritu en venganza había poseído a la bestia y la comandaba toda las noches para que cometa todas estas atrocidades.

Es aquí, debido a la más que particular manera de festejar la muerte del animal, donde la travesía de un pueblo se convertiría en una popular leyenda a lo largo y ancho de Alemania, ya que tras vestir y preparar al lobo, su cuerpo sería paseado orgullosamente por la plaza del pueblo como si se tratase de un mismísimo triunfo romano; culminando en una misa en honor a las personas devoradas por el animal y acto seguido procediendo a colgar el cuerpo de la bestia en una horca como recordatorio, lugar en el que sería dejado durante un largo tiempo.

Lobo de Ansbach.
Ilustración realizada por un autor desconocido sobre la cacería del hombre lobo de Ansbach y festejos posteriores tras su muerte.

Debido a que el frío clima de la región retardaría su putrefacción, prácticamente momificándolo debido al frío y la sequedad del aire, más de un visitante y viajero se terminarían sorprendidos ante tan particular vista, pensando que verdaderamente la gente de Ansbach había capturado a un hombre lobo.

Los rumores e historias comenzaron a ir y venir y con el pesar de los años la leyenda del Hombre lobo de Ansbach se volvería infinitamente más popular y conocida que la verdadera historia detrás de los acontecimientos que tuvieron lugar en es frío invierno del 1685.

Dracula

Quizás uno de los más famosos seres mitológicos en la historia, el temible conde Drácula, también estaba basado en una figura histórica real, Vlad Tepes, mejor conocido como Vlad el Empalador. Un líder tan brutal y sangriento durante sus luchas contra los Otomanos que su figura pasó a la historia literalmente como la de un monstruo sanguinario que necesitaba sangre para poder sobrevivir.


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