Aventura de Domingo: Paraje las Cascadas – Necochea

Cuando era muy, muy chico, LA AVENTURA era un domingo que mis viejos nos llevarán a mi hermana y a mí de paseo al paraje la cascadas, siguiendo el camino de sirga a la vera del río Quequén. Pasar la tarde allí caminando entre piedras y montículos de arena, mirando el agua discurrir entre los recovos marcados por los años de erosión. Y por supuesto, darse una vuelta por la estación de Piscicultura para ver la magna tarea que allí realizaban, y que ahora, por la buenaventura de muchos, se ha vuelto a realizar.

El recorrido es en sí un atractivo, nos permite apreciar un imponente paisaje que la naturaleza nos brinda, observando el brillante serpenteo de sus aguas, los variados saltos sorteando irregulares piedras, el colorido de su forestación, los distintos ejemplares típicos de una rica fauna de aves de múltiples colores y tamaños, que se deslizan sobre la superficie del río o sobrevuelan su entorno y un marco ondulado de parcelas rurales.

Enmarcado con arboledas en ambas márgenes que parecen coronar los innumerables saltos de aguas y cascadas naturales que nos sumergen en un cálido clima con diferentes vistas y varias opciones para realizar: En su margen se encuentra un complejo de cabañas, lugares para acampar, diferentes clubes para la práctica de actividades como tenis, canoa, pesca, rafting, esquí acuático, natación, bajadas de lancha, etc..

El río se puede recorrer en lancha o bote, en lugares habilitados por Prefectura. Posee una gran variedad ictícola y allí habitan gran cantidad de aves, mamíferos como la nutria, el carpincho y batracios.

El Parque Cura Meucó (nombre real del paraje Las Cascadas) se encuentra a 16 kilómetros de tejido urbano. La formación de cascadas naturales propias del Río Quequén, son una sucesión de saltos y rápidos de escaso metraje, aptos para la aventura sin riesgos, adentrándose con los kayaks, dándole ese toque de épica que tanto conforta al visitante.

Estación Piscicultura

Quien busque remanso, lo encuentra en los clubes con todas las comodidades del caso. Cualquier tramo sirve para la pesca en las pendientes del río hacia el mar. En algunos de ellos, el viajero puede realizar avistaje de aves, entre ellas: loros barranqueros, lechuzones de campo, garzas y cuervillos de la cañada como anfitriones al uso.

El lugar es un balneario natural de aguas templadas, con piletones naturales para refrescarse en verano, que se conjuga con espacios óptimos como ya dije para practicar deportes náuticos (kayak, canotaje, rafting, remo, etc.).

Sin más que decir que disfrutar las fotos.

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