Daños de la radiactividad

Publicado el 15 de mayo de 2009 en Historias de la ciencia por omalaled
Tiempo aproximado de lectura: 9 minutos y 33 segundos
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Sería bastante complejo describir los efectos de la radiactividad sobre los seres vivos ya que dependen del tipo de radiación, dosis absorbida, tipo de tejido que está afectado, etc. Existe mucha literatura sobre dicho tema que fácilmente la encontraréis. No obstante, hoy quiero hablaros de los aspectos históricos, de cómo se dieron cuenta que allí había algo que no era bueno. Y para ello, hemos de retroceder a los tiempos de los Curie y Lord Rutherford. Este último nos decía:

Durante el verano visité al Profesor y Madame Curie en París, y encontré que ésta recibía el grado de doctor en ciencias el día de mi llegada. Por la tarde, mi viejo amigo, el profesor Langevin, nos invitó a mi esposa, a mí, a los Curie y a Perrin a cenar. Después de una animada velada nos retiramos sobre las 11 al jardín, donde el profesor Curie mostró un tubo recubierto en parte con sulfuro de zinc y que contenía una gran cantidad de radio en una solución. La luminosidad era brillante en la oscuridad y fue un final espléndido para un día inolvidable. Entonces no pudimos evitar observar que las manos del profesor Curie se encontraban en un estado muy inflamado y penoso debido a la exposición a los rayos del radio. Aquella fue la primera vez que vi a Curie. Su muerte prematura en un accidente callejero en 1906 constituyó una gran pérdida para la ciencia y particularmente para la tan, en rápido desarrollo, ciencia de la radiactividad.

El primero en intentar estudiar los efectos de la radiactividad en su propio cuerpo fue Walkhoff. Había observado que los tubos con preparaciones que guardaba en el bolsillo de su chaleco le producían dolorosas quemaduras al cabo de unos días. Friederich Giesel mostró, además, que si se acercaba un ojo cerrado a una caja, también cerrada, con sales de radio se recibía de ella una sensación de luz en la retina.

Los médicos se interesaron rápidamente por ello. Tanto Becquerel como Pierre Curie explicaban que: El señor Giesel ha colocado sobre su brazo, durante unas horas, bromuro de radio radificado rodeado de una hoja de celuloide. Los rayos que actúan a través del celuloide han provocado sobre la piel un ligero enrojecimiento. Dos o tres semanas mas tarde, el enrojecimento aumentó, produciéndose una inflamación y terminando por caerse la piel.

El aliento de Giesel era tan radiactivo que era capaz de descargar un electroscopio. Tal cantidad de radiactividad de gas radiactivo en sus pulmones confirmaba las hipótesis de Rutherford sobre las emanaciones transportadas por el aire.

Alertado por los informes de dos científicos alemanes, Pierre Curie también había empezado a experimentar en su propio cuerpo atándose al brazo durante unas horas una venda que contenía sales de radio. La herida resultante tardó meses en curarse. Anotó que Marie, al transportar unos pocos centígramos de material muy activo en un tubito sellado, tuvo quemaduras similares. Nos explicaba:

Además de estas acciones vivas, hemos sufrido sobre las manos, durante las investigaciones realizadas con los productos más activos, diversas acciones. Las manos tienen una tendencia generalizada a perder la piel; las extremidades de los dedos que han sostenido tubos o cápsulas que encerraban productos muy activos se vuelven duras y a veces muy dolorosas; para uno de nosotros [sin duda, Pierre Curie], la inflamación de las extremidades de los dedos ha durado quince días y ha terminado con la caída de la piel, mientras que una sensación dolorosa no ha desaparecido todavía al cabo de dos meses.

Lord Kelvin había recibido también una pequeña muestra de radio como regalo de los Curie y la había conservado también en el bolsillo de su chaleco. También llevaba la inevitable marca de la quemadura.

Pero los efectos iban mucho más allá. A Pierre Curie, a veces, le era imposible abotonarse la ropa. Tenía, además, punzantes dolores que le impedían andar. Se automedicaba estricnina, entonces un tratamiento recomendado para el reumatismo; pero en retrospectiva, sabemos que eran debidos a la radiación.

Por su parte, Marie Curie, además de tener las yemas de los dedos endurecidas y quemadas, padeció toda su vida los efectos de la radiactividad. Entre 1923 y 1930 fue operada cuatro veces de cataratas. En 1932 se agudizaron sus lesiones en las manos y en 1934 murió de anemia perniciosa. Su hija Irene moriría también en 1956 de leucemia. Hay que recordar que esta última, desde los 16 años, ya trabajaba en hospitales o viajaba con su madre en vehículos radiológicos que transportaban aparatos de rayos X por los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial.

Marie Curie también perdió un hijo. Hoy sabemos que una de las causas de leucemias en niños producidas durante los años 1950 eran debidas a las vistas por rayos X en los inicios del embarazo, épocas en las que el feto es extremadamente frágil. Aquel embarazo de Marie había coincidido con la época en que manipulaba radio y polonio concentrados que transportaba en simples frascos de vidrio. Teniendo en cuenta todo esto, los científicos posteriores han estimado que debía estar recibiendo una dosis de aproximadamente un rem por semana. Para que os hagáis una idea de lo grande que es esta dosis, os diré que a las trabajadoras en ambientes de este tipo de hoy día se les recomienda no pasar de 0,03 rem por semana. Rompió aguas inesperadamente y el bebé murió a las pocas horas.

A diferencia de Marie Curie, Rutherford no parecía haber sufrido muchos males después de haber manejado despreocupadamente tantos y tantos materiales radiactivos. Durante una gira de conferencias que pronunció por los EEUU se deshizo sin inmutarse de un papel que había empleado a modo de embudo para introducir sales de uranio en un tubo. Sus anfitriones guardaron el papel y lo emplearon como fuente radiactiva durante cuarenta años.

Pero ya antes de 1920 era ya evidente que el radio tenía efectos nefastos bajo ciertas circunstancias. Todos los que trabajaban en el laboratorio de Marie Curie se daban cuenta de la fatiga que se tenía al trabajar en una atmósfera de radón.

En 1924, un dentista llamado Theodore Blum empezó a ver muchos cánceres de mandíbula a muchas mujeres y jovencitas (a una de ellas le habían dicho que tenía una osteomileitis sifilítica). Cuando se enteró que la mayoría de aquellas jóvenes tenían el mismo trabajo, entonces se dio cuenta. Resulta que durante la Primera Guerra Mundial el radio fue utilizado de forma masiva en pintadas para esferas luminosas de relojes e instrumentos militares. Se utilizaban cristales de sulfuro de zinc mezclados con sales de radio. Las partículas que emitía el radio chocaban con las moléculas de dichos cristales produciendo una luz que permitía ver en la oscuridad.

Esa técnica se había empezado a utilizar en EEUU en 1913 y cuatro años después se empleaba de forma generalizada. Una de las principales factorías se hallaba en Oregón. Tenía cientos de empleados. La mayoría eran mujeres jóvenes cuyo trabajo les obligaba a humedecer el pincel con la lengua para pintar con esa pintura radiactiva. Sin darse cuenta, ingirieron cantidades pequeñas pero significativas de radio. Entre 1922 y 1924 nueve de ellas murieron. En 1925 habían muerto 15 mujeres pintoras. Se les había diagnosticado lesiones como necrosis de la mandíbula y anemia. Una investigación concluyó que el radio había tenido la culpa. Aquel mismo año, por fin, una de aquellas jóvenes en Nueva Jersey denunció a su empresa por poner en peligro su vida.

Las señales de peligro continuaron apareciendo. En Francia, varios radiólogos e investigadores murieron de leucemia y de anemia grave. Un periódico publicó sus fotografías, acompañadas de escabrosos relatos de amputaciones, pérdidas de visión y horribles sufrimientos. En Japón, el científico Nobus Yamada, que había vuelto del laboratorio Curie preparando fuentes de polonio, enfermó y murió a los dos años de regresar a su patria.

Hacia 1951, Frederic Joliot-Curie tuvo que medir la radiactividad de documentos datados en 1902 relacionados con trabajos destinados a determinar el peso atómico del radio. Los análisis mostraron que estaban fuertemente contaminados distinguiéndose, incluso, las trazas de los dedos de Marie y Pierre Curie, pues ellos mismos ya llevaban radio.

Joliot mismo añadió:

Muchos años después, hacia 1926, los trabajadores que frecuentaban el Instituto del Radio pudieron ver, en algunos dedos de Marie Curie, en especial en la yema del índice, las trazas profundas de destrucción provocadas por los rayos (…) Cuando los rayos emitidos por las fichas penetran en el contador provisto de un altavoz, la actividad se manifiesta mediante una sucesión de señales audibles. Es emocionante descubrir manifestarse de esta manera al mismo radio que había sido extraído y manipulado por Pierre y Marie Curie hace cerca de 60 años.

En 1925, un tal William Bailey patentó y promocionó un producto llamado “Radithor” que contenía agua mezclada con dos isótopos del radio. Según decía, curaba “la disepsia, la presión arterial elevada, la impotencia y más de otras 150 enfermedades endocrinológicas”.

Un campeón de golf amateur llamado Eben Byers comenzó a tomarlo en 1927 bajo recomendación de Bailey para tratar un dolor crónico en uno de sus brazos. Cinco años después había consumido entre 1000 y 1500 botellas del producto. Falleció de una anemia severa, pérdida de peso, destrucción masiva de los huesos de su mandíbula, cráneo y esqueleto en general así como disfunciones en el riñón (tenéis más detalles aquí  y aquí). Una vez que la tragedia fue aireada por la prensa, la Food and Drug Administration tomó cartas en el asunto.

Y es que, por aquella época el mercado estaba muy receptivo ante los productos radiactivos. Los avariciosos fabricantes ofrecían productos como “Tónico capilar Curie” que supuestamente prevenía de la caída del cabello y le devolvía su color original. También había una crema que prometía la eterna juventud. Los productos radiactivos comprendían desde sales de baño hasta supositorios (leer más aquí) .

En el proyecto Manhattan, los accidentes graves también se tomaron sus víctimas.

Harry Daghlian era un joven físico. Mientras manipulaba material fisible provocó sin querer una reacción nuclear en cadena durante una fracción de segundo. Recibió por un instante en una mano una tremenda descarga de radiactividad. Fue ingresado en seguida y en pocas horas se pudieron observar las monstruosas consecuencias de ello. Sus mano se hinchó como una pelota. Los rayos gamma que le habían penetrado agredieron sus órganos internos. Tenía un dolor espantoso, tanto que gritaba. En pocos días perdió el pelo y se quedó sin glóbulos rojos devorados por los blancos. Murió 20 días después. Nadie pudo evitarlo.

Ocho meses después Louis Slotin corrió la misma suerte pero su final se ocultó a la opinión pública. Estaba experimentando con una “bomba de prueba”. Constaba de dos semiesferas que no debían acoplarse hasta el momento del lanzamiento, en cuyo instante se unirían para formar una masa crítica. El problema era saber cuál era exactamente esa masa crítica. Entraban muchos parámetros, demasiados: cantidad de uranio, ángulo de dispersión, longitud que debían recorrer los neutrones que debían desencadenar la reacción en cadena, la velocidad con que debían unirse las dos semiesferas, etc.

Slotin hacia lo siguiente: con dos destornilladores y con cuidado extremo deslizaba las dos semiesferas por un raíl. Tenía que conseguir con la mayor precisión posible el punto crítico, es decir, el momento en que se desataba la reacción en cadena. Si se volvían a separar la reacción en cadena se paraba. Pero si no se reaccionaba lo suficientemente rápido, la masa podía volverse “supercrítica”. Cuando hizo la propuesta y se lo explicaron a Richard Feynman, nuestro locuaz amigo, dijo que era como “hacer cosquillas a la cola del dragón”.

Slotin sabía lo cerca de la muerte que estaba. Un día se le resbaló un destornillador y las dos semiesferas se juntaron demasiado aprisa. En ese momento, una luz azul deslumbradora llenó toda la habitación. En lugar de agacharse para ponerse a salvo separó las dos semiesferas con las manos y frenó la reacción en cadena. Salvó así la vida de los 7 hombres que se encontraban con él en ese momento. Pero recibió una dosis de radiación fortísima.

Desde un principio, Slotin se dio cuenta de su inexorable muerte, pero no se inmutó. Dijo a sus compañeros que volvieran a ocupar los mismos sitios donde estaban y trazó en la pizarra un esquema exacto de la posición de cada uno para que los médicos pudieran saber la dosis que habían recibido sus compañeros.

Al cabo de 9 días, el primer hombre que había determinado experimentalmente la “masa crítica” murió sufriendo horribles dolores.

Después de la explosión de Hiroshima, los militares americanos pretendieron ocultar durante algún tiempo los efectos del bombardeo nuclear. Se declaró que entre las ruinas de Hiroshima no se registraba ya radiactividad peligrosa alguna y se omitió enumerar cuántas víctimas de la bomba habían estado expuestas en el momento de la explosión. Groves llegó a declarar públicamente que había oído decir ante una comisión del Congreso que la muerte radiactiva era “bastante agradable”.

Una maravillosa oportunidad que perdió para quedarse callado, ¿verdad?.

Fuentes:
“La maldición de ser un genio”, Ermanno Gallo
“Marie Curie y su tiempo”, José Manuel Sánchez Ron
“Marie Curie”, Robert Reid
Tecnologia Obsoleta
Nueva Salud
Fogonazos



Hay 42 comentarios a 'Daños de la radiactividad'

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  1. #1.- Enviado por: Carlos Marcelo Cabrera

    El día 16 de mayo de 2009 a las 03:12

    Que buen tema, que buen escritor. Un excelente envío. Felicitaciones ! :)

  2. #2.- Enviado por: JRoque

    El día 16 de mayo de 2009 a las 03:20

    Que terribles historias!
    Guardando las proporciones, me hizo recordar cuando estaba en la universidad y usabamos formol para las practicas de laboratorio, nuestros dedos quedaban sensibilizados y hasta se desprendia la piel en unos dias.
    Todo lo que les debemos a los Curie y a los demas.
    Un abrazo

  3. #3.- Enviado por: Improbable

    El día 16 de mayo de 2009 a las 04:04

    No se cuan cierto será, pero leí por ahí que alguno de sus compañeros criticó a Slotin por ponerlos en riesgo al manipular descuidadamente el ‘demon core’

  4. #4.- Enviado por: Sebastian Huxley

    El día 16 de mayo de 2009 a las 04:21

    que se demoraron en hacer la correlacion¡¡¡¡¡
    que lastima que ese haya sido el comienzo cientifico de la radiactividad

  5. #5.- Enviado por: javier

    El día 16 de mayo de 2009 a las 08:56

    Como siempre muy interesante y emotivo.
    Cuando mis alumnos (adolescentes) me preguntan cómo se llega a saber que algo es malo, les respondo que cuando te encuentras con “una pila de cadáveres” es cuando empiezas a sospechar algo.
    Un saludo y gracias por tu trabajo

  6. #6.- Enviado por: agremon

    El día 16 de mayo de 2009 a las 09:04

    Simplemente, gracias.

  7. #7.- Enviado por: Olorin

    El día 16 de mayo de 2009 a las 09:26

    Como siempre, muy interesante.

    Sólo una duda. Si se dieron cuenta tan pronto de los efectos perniciosos de la radioactividad, ¿por qué se tomó tan a la ligera durante tanto tiempo?

  8. #8.- Enviado por: omalaled

    El día 16 de mayo de 2009 a las 11:43

    Carlos: muchas gracias.
    JRoque: Debemos tanto a los Curie que da miedo sólo pensarlo.
    Improbable: no creo que sea cierto, pero si lo fuera, creo que es muy fácil criticar un error de otro en retrospectiva. Hacía lo que creía correcto y no sabía hacer de otra manera.
    Sebastian: desgraciadamente, la mayoría de avances técnicos y científicos han sido por las guerras.
    javier: ufff, y a veces, algunos niegan la evidencia; si no, mira a Groves y lo que fue capaz de decir.
    agremon: gracias a ti.
    Olorin: pues supongo que lo mismo que con otras desgracias, como la talidomida, el amianto o el tabaco. Los que ganan dinero sin escrúpulos no suelen estar mucho por la seguridad de las personas, sean consumidores o trabajadores. Se supone que para eso tenemos las leyes :-)

    Salud!

  9. #9.- Enviado por: Malonez

    El día 16 de mayo de 2009 a las 14:34

    Muy bien escrito, como siempre un placer leerte. Da que pensar si ahora también desconocemos cosas que nos estén matando…

  10. #10.- Enviado por: marbram

    El día 17 de mayo de 2009 a las 19:23

    Un placer leerte, como siempre.
    En la pelicula “Creadores de sombra” se escenifica el suceso de Slotin interpretado por John Cusack.

  11. #11.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 17 de mayo de 2009 a las 23:46

    Si lo he entendido bien, el contacto con la radioactividad provoca quemaduras, lesiones en la piel, inflamación de las manos, anemia perniciosa, cáncer de mandibula, dolores, pérdida de cabello, pérdida de glóbulos rojos y … muerte.
    Pero, ¿cómo ocurre esto realmente?
    En algún momento se habla de los rayos gamma ¿son estos lo que atacan las células? ¿Porqué pasan unas cosas y no otras (como por ejemplo, paradas cardíacas?

    Ya en medio-broma: en Springfield hay un tal Homer Simpson que manipula radioactividad y es el irresponsable que trabaja como responsable de seguridad de la central. ¿es esta serie un mal ejemplo por menospreciar los peligros de la energía nuclear? y eso que cuida detalles científicos lejos del alcance de su media de seguidores gracias a sus buenos guionistas.

  12. #12.- Enviado por: Topi

    El día 17 de mayo de 2009 a las 23:52

    Muy interesante, como siempre. Me puse a googlear y me permito hacer una pequeña corrección: Parece ser que Harry era Daghlian y no Dagnian,
    http://es.wikipedia.org/wiki/Harry_K._Daghlian,_Jr.
    Feliz semana
    T

  13. #13.- Enviado por: omalaled

    El día 18 de mayo de 2009 a las 00:18

    Muchas gracias a vosotros por comentar.
    marbram: he visto la película. Es muy buena.
    Edna: el problema es que la radiación rompe la estructura del ADN de las células. A veces hace roturas simples (una parte de la doble hélice) y a veces roturas dobles (las dos hebras de la hélice). Y de aquí puede suceder cualquier cosa. Por supuesto, las quemaduras y demás también. Los rayos UV, por ejemplo. Por ello dicen que nos protejamos tan bien con cremas en verano.

    Topi: gracias. Lo corrijo.

    Salud!

  14. #14.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 18 de mayo de 2009 a las 07:46

    Gracias “omal” (¿o debería decir “aled” como apelativo caniñoso?)
    Ayer estuve googleando y leí algo acerca de “ionizar átomos” que debe ser similar a lo que expones.
    Imagino los primeros momentos en los que se detectaban esos efectos perniciosos y la gente dudaba sobre su veracidad. Ocurrió algo similar con el tabaco.
    Hoy en día tenemos alertas similares sobre las que es muy difícil saber si son reales o manipulaciones.
    ¿Quien no ha recibido cadenas en las que se afirma lo pernicioso del Actimel, Cocacola, Teléfonos móviles, Antenas de telefonía, Alimentos transgénicos…? ¿Dónde estará la verdad?

  15. #15.- Enviado por: omalaled

    El día 18 de mayo de 2009 a las 09:04

    Edna: No sólo consiste en ionizar, sino en romper moléculas.

    Pero sea como sea, estas cosas deben tratarse con mucha prudencia. Como decía Paracelso “dosis sola facit venenum”: “sólo la dosis hace el veneno”. Si tú te funas un cigarro al día, no pasa nada, pero si fumas una cajetilla diaria la cosa cambia. Si te bebes una lata de Cocacola al día, no pasa nada, pero si en lugar de agua bebes Cocacola, no se sabe.

    Y esto es aplicable a todo, incluido la radiación. Existe radiación natural por radón (escribí sobre ello) y la sufrimos, pero es pequeña en conparación de lo que hicieron los Curie o pegar zambombazos atómicos por ahí.

    La telefonía móvil es una de aquellas materias en las que no me arriesgo, pues sólo el tiempo lo dirá con seguridad. Pero, a buen seguro, no es lo mismo estar colgado 8 horas diarias hablando por el móvil pegado a la oreja que hablar para cuatro recados.

    El veneno está en la dosis, casi siempre :-)

    Salud!

  16. #16.- Enviado por: Improbable

    El día 18 de mayo de 2009 a las 12:38

    Omalaled, yo supongo que es probable que algunos de sus compañeros se hayan disgutado un poquito. De todas maneras, no puedo ser objetivo: no estaban desarrollando un reactor para producir energía barata ni medicina nuclear, no puedo sentir mucha empatía por ellos (aunque, como decís, los avances científicos no teóricos muchas veces han sido motorizados por ‘necesidades’ militares)

  17. #17.- Enviado por: Ahskar

    El día 18 de mayo de 2009 a las 13:48

    Edna: La cuestión de los móviles es pura leyenda urbana. No hay pruebas médicas y lo que se refiere a la física que tiene detrás las ondas de móviles son menos energéticas que el calor que desprende tu cuerpo y mucho menos energéticas que la propia luz visible. No tiene energía para ionizar moléculas, muchísimo menos para romperlas. Como mucho, puede “calentar” a las moléculas.

    Omalaled: Un artículo muy bueno. ^^ La verdad es que lo increible es que Marie Curie no muriera antes.

  18. #18.- Enviado por: Alberto

    El día 18 de mayo de 2009 a las 17:22

    Que placer seguir leyendo tus “historias” señor del Alamo.
    Solo queria comentarte que la semana pasada estuve en Francia y me pasé por el Panteon y tuve el enorme privilegio de visitar la tumba de los Curie.
    Y aunque me entristeció que mucha gente mas mediocre tengan mas honores (en el propio Panteon), el mero hecho de que esten alli ya me parece bonito.
    Por cierto que a ver si tengo tiempo y subo un video a youtube del pendulo de Foucault y lo añado en tu “historia” correspondiente.

  19. #19.- Enviado por: Iñaki

    El día 18 de mayo de 2009 a las 20:06

    Dicen que la ignorancia te hace osado, pero en este caso, la “ignorancia” de Curie sobre los peligros de la radiación, nos ha llegado en forma de sabiduría.

    Un saludo!

  20. #20.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 18 de mayo de 2009 a las 21:16

    Coincido con Omalaled en la importancia de las dosis para establecer si algo es pernicioso o no, pero hay que decir que no solo los usuarios de teléfonos móviles están expuestos a las ondas electromagnéticas, éstas llegan a toda la población ya que las antenas repetidoras se han instalado por todas partes.
    Aquí hay “usuarios pasivos” por doquier y no hay una humeante columna que te avise. Hay intereses de empresas más influyentes que las tabacaleras. Es una pena que estos temas tan importantes no se traten en profundidad y con entera libertad.

  21. #21.- Enviado por: Malonez

    El día 18 de mayo de 2009 a las 22:21

    Edna: como parte del consejo de ingenieros de tlecomunicaicones de Baleares y tras asistir a varias charlas sobre exposiciones radioeléctricas te pedo corroborar lo que dice ahskar. Hay radiaciones ionizantes y no ionizantes, y las de los móviles son no ionizantes. En cuanto a las antenas de telefonía, a partir de 7 metros ya te atraviesa menos potencia que la de tu propio móvil (50 mW) así que yo temería más a tu móvilq ue a la antena. De echo si no tienes antenas cerca recibirás más radiación ya que el móvil tendrá que emitir todo el tiempo a máxima potencia.

    Para este caso se suele poner un ejemplo de lo que ocurrió cuando salió la luz artificial (las bombillas). A la gente se le metió en la cabeza que provocaban ceguera, da igual lo que dijeran los científicos.

  22. #22.- Enviado por: Haplo

    El día 19 de mayo de 2009 a las 14:51

    Genial artículo como siempre Omalaled. La de vidas en aras de la ciencia que se habrán perdido por desconocimiento de lo que manipulaban. Pero gracias a esas pérdidas se pudo avanzar en ciencia y tecnología, así que no nos queda más que feleictar a esos grandes hombres y mujeres

  23. #23.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 19 de mayo de 2009 a las 21:17

    Gracias Malonez y Ahskar por vuestro tiempo intentando informarme. Mis conocimientos sobre el tema consisten únicamente en lo que leo de tanto en tanto partiendo de la ignorancia propia de un profano en la materia.
    He leído sobre experimentos con ratones en los que el móvil provocaba un alto porcentaje de cáncer, sobre consejos médicos para niños evitando el uso del móvil, sobre la prohibición de uso del móvil en gasolineras, …
    Si pongo en google “cáncer + móvil” salen más de 700.000 entradas, y de ellas casi un tercio contiene las palabras “leyenda urbana”.
    Uno no sabe qué creer y mucho del material existente realmente desinforma. La historia del tabaco nos muestra lo difícil que es a veces llegar a la verdad.
    En un libro de SJ Gould leí que en Francia en 1784 un consejo de sabios (con Benjamin Franklin y Antoine Lavoisier entre otros) aplicó el método científico al “Mesmerismo” y es una lástima que iniciativas similares no se realicen hoy en día. Por cierto, según Gould este consejo realizó unos cuidadosos experimentos que desacreditaron tal pseudociencia pero en la wikipedia no se ve con esa rotundidad.

  24. #24.- Enviado por: natalia vanessa gomez

    El día 19 de mayo de 2009 a las 23:34

    esta super el tema ojala muchas personas tambien se animaran a segir sus pasos, y que pongan consiencia en lo interesante que es felicitaciones

  25. #25.- Enviado por: elpeor

    El día 20 de mayo de 2009 a las 11:02

    con los móviles pasa como con el teflon( en la alimentación), no se hacen estudios de verdad porque no interesan… y si los resultados no fuesen satisfactorios para las ventas?.
    yo no se si los móviles producen danio o no, no los uso casi pero que no interesa que se estudie es seguro.
    Por cierto: “sólo la dosis hace el veneno” es una gran verdad!
    y otra gran verdad, desgraciadamente, es que la mayoría de los avances científicos son por y para los militares, malditos HDP, debería estar prohibido tener un trabajo que consiste en matar… y no me contéis historias de defender tu seguridad ,países y demás mentiras.
    MUERTE A LOS EJÉRCITOS!!

  26. #26.- Enviado por: Malonez

    El día 20 de mayo de 2009 a las 17:38

    Dada la alarma, no hay nada más estudiado actualmente por la comunidad científica internacional que el efecto en la vida de las radiaciones del móvil. Hay miles y miles de estudios. Y aunque siempre hay algunos discordantes, la abrumadora mayoría no encuentra relación entre radiaciones de móvil y problemas de salud.

    ¿Por qué entonces no se recomienda el uso en los niños? Es debido al efecto que sí produce: calor. Los niños tienen más difícil evacuar el calor del cerebro que los mayores (tristemente se mueren rápido si les dejas en un coche encerrado al sol). El hecho de que se prohiban en los aviones y en las gasolineras tampoco implica que hagan daño a la salud: tan solo que pueden interferir en equipos electrónicos.

    De echo nadie se queja de la radio AM. ¿Por qué? Mide la potencia electromagnética en cualquier lugar de una ciudad y verás que la mayor parte de la potencia es la radio AM (muy superior a la del móvil). Y no veo a nadie alarmado por ello.

  27. #27.- Enviado por: cesar

    El día 20 de mayo de 2009 a las 18:13

    Muy buen articulo, me ha asombrado la coincidencia de que he estado mirando documentales sobre Chernobyl y entro aqui y me encuentro con un post sobre radiactividad.
    Hace años vi una pelicula con el incidente de ese tal Slotin, no recuerdo el titulo de la misma, pero recuerdo que el papel de Openheimer lo hacia Dwight Schultz (el loco Murdoch de la Brigada “A”), alguien puede decirme si es la misma de la que hablan en los comentarios???

    Quiero verla otra vez!!

  28. #28.- Enviado por: Nelly

    El día 20 de mayo de 2009 a las 21:36

    Woooow, puede que los temas que tratas no sea de mis preferidos pero siempre siempre tienes una forma de relatarlos que enganchas, por eso siempre paso a leer por aqui, eres genial.
    Saludos !

  29. #29.- Enviado por: omalaled

    El día 20 de mayo de 2009 a las 22:58

    elpeor: de hecho, el próximo artículo hablará de los militares :-)
    cesar: creo que te refieres a “Creadores de sobmras” de Paul Newman, entre otros. Es muy buena.
    Nelly: muchas gracias.
    Malonez: no soy un experto en materia de móviles, pero tengo entendido que la frecuencia de emisión es mucho más corta (y por tanto, la energía mucho mayor) que las frecuencias de AM. Pero más que la cuestión “en cualquier punto de la ciudad” digamos que es en las proximidades de una antena emisora.

    Tardaron años en demostrarse que el tabaco era perjudicial y aun pasada la demostración tuvieron la desfachatez de seguir afirmándolo. Me temo que los estudios de las antenas de móviles, en caso de detectarse verdaderos efectos adversos, por poco que fueran, los ocultarían.

    No sé si afectan o no a la salud, pero tampoco he visto a empresa alguna de telefonía levantar un acta notarial en que se responsabilicen en caso que se detectara en un futuro que, realmente, nos afectan. Si realmente alguna compañía hiciera eso, empezaría a creerlo; pero se escudan demasiado en el “no hay nada demostrado”. Con los años he desistido de confiar en las empresas que se dedican a hacer grandes beneficios.

    Y ojo, que no digo que afecte o que no; pero no me fío de los estudios hechos por ellos (y que, por supuesto, todos afirman que no pasa nada).

    Salud!

  30. #30.- Enviado por: Malonez

    El día 20 de mayo de 2009 a las 23:57

    Efectivamente la onda de AM es mucho más corta, pero… ¿Qué más da? Ninguna de las dos es ionizante, solo pueden “calentar”. El mismo miedo irracional se puede tener por una que por otra.

    Los estudios que vi, dicen que en casi cualquier punto de la ciudad tiene más potencia A.M., no hace falta que estés cerca de una antena (que por otra parte suelen estar mucho más lejos que las de telefonía), ya que la desproporción entre potencias es grande.

    Los estudios no los hacen las compañías de móviles. La mayoría son de univeridades y diferentes ONGs, encargadas normalmente por ayuntamientos o gobiernos. Tengo un CD con todos esos estudios.

    El problema es que demostrar 100% que un agente no hace nada es imposible. No se puede afirmar eso de nada. ¿Afirmarías al 100% que el agua no te puede causar ningún daño?

    Hay mucha paranoia debida a los medios. Caso verídico: En un colegio saltan 3 casos de cáncer en niños y los telediarios se pasan un mes con imágenes de las antenas de móvil. Meses más tarde, tras un estudio concienzudo médico se demuestra que eran causados por un virus. Silencio total en los medios: eso no vende.

    Conste que no trabajo para ninguna empresa Teleco :).

    Lo que sí creo que habría que hacer es poner inspectores para que nunca se pasen de la potencia permitida, tanto en las antenas de telefonía móvil como el resto. Porque me temo que se debe incumplir la norma a menudo.

  31. #31.- Enviado por: Malonez

    El día 21 de mayo de 2009 a las 12:27

    Errata del primer párrafo, quería decir que es más corta la de móviles que la de AM.

  32. #32.- Enviado por: Jose

    El día 24 de mayo de 2009 a las 01:17

    Si según la Wikipedia y otras fuentes Frederic Joliot-Curie murió en 1958, ¿cómo pudo medir la radiactividad de los documentos en 1961?
    Sigo tus atículos con gran interés. Un saludo.

  33. #33.- Enviado por: Jose

    El día 24 de mayo de 2009 a las 01:20

    “Artículos”, quería decir. ;-)
    Un saludo.

  34. #34.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 25 de mayo de 2009 a las 00:05

    Gracias Malonez, es evidente que estás más informado que yo y dominas más el tema.
    Únicamente una cosa, dices: “El problema es que demostrar 100% que un agente no hace nada es imposible”. No veo tan complicado obtener resultados (no al 100%, pero sí resultados aceptables): expones cerdos, monos o ratones a móviles y/o antenas y miras si hay más lesiones cerebrales que en los no expuestos. Publicas los resultados y cualquiera puede reproducir el experimento reafirmando o contradiciendo lo que obtengas. ¿Eso es la ciencia experimental, no?
    Aunque entiendo tus reparos con lo de la imposibilidad del 100%. Creo haber leído que Gauss pasó gran parte de su vida midiendo triángulos cósmicos para ver si la suma daba 180º. Los datos podían demostrar que no daba 180º (y así estábamos en una geometría euclídea) si la diferencia con lo obtenido estaba por debajo del error “experimental”, pero nunca podrían demostrar que la suma fuera exactamente 180.

  35. #35.- Enviado por: Edna Krabappel

    El día 25 de mayo de 2009 a las 20:30

    disculpas me corrijo:
    si la suma daba 180º estábamos en una geometría euclídea y si daba diferente de 180º estábamos en una NO euclídea. El problema es que el error de medición nos impide asegurar que la suma sea 180ª pero si nos permite asegurar que es diferente de 180ª cuando la diferencia es mayor que el error.

  36. #36.- Enviado por: omalaled

    El día 7 de junio de 2009 a las 15:05

    Jose: está caro… es una incongruencia. El libro donde lo pone ya lo devolví a la biblioteca. No obstante, por lo que afirma, debía ser 1951. Así es como lo pongo.

    Gracias por el aviso

    Salud!

  37. #37.- Enviado por: Ender Muab'Dib

    El día 17 de junio de 2009 a las 14:36

    Interesantísimo como siempre, omalaled. Sigo son perderme ni uno aunque no comente, porque no tengo nada que aportar.

    Es increible cómo se la jugaron tantos científicos comprobando en sus propias carnes cómo afectaba la radiactividad a los humanos. De hecho te he citado un par de fragmentos en mi blog para recomendar este post.

    Y por cierto, me he acordado del post que escribió aberron el año pasado sobre “medicamentos” comercializados durante los años 20 y 30 en los que la principal característica era la radiactividad.

    ¡Un cordial saludo!

  38. #38.- Enviado por: Juan

    El día 22 de junio de 2009 a las 16:35

    Omalaled, tus artículos siguen con su excelente nivel de siempre. Gracias.
    Respecto al peligro potencial de los móviles y otras radiaciones y al margen de los estudios realizados por distintas organizaciones, interesadas o no, el hecho cierto es que ya llevamos utilizando el móvil durante unos cuantos años y, que yo sepa, no existe ninguna estadística médica que refleje un aumento de ninguna enfermedad que pudiera estar lógicamente relacionada con dicha utilización. ¿Alguien conoce datos que contradigan esto?
    Un saludo

  39. #39.- Enviado por: KAREN SARAI

    El día 21 de octubre de 2009 a las 03:33

    me parece una verdadera explicacion sorprendente sobre ese tema te felicito……

  40. #40.- Enviado por: Malonez

    El día 23 de junio de 2010 a las 10:29

    http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/06/22/oncologia/1277215690.html

  41. #41.- Enviado por: gerard

    El día 8 de octubre de 2010 a las 16:00

    bueno lo que no se si tan cierto sera eso pero hay muchas teorias q demuestra lo contrario en fin asaber cual teoria es la cierto

  42. #42.- Enviado por: ferfnando

    El día 25 de agosto de 2013 a las 18:11

    Exelente post. Gracias!

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